La actividad de hoy se ha desarrollado en grupos. Hemos estado debatiendo sobre cómo la educación puede hacerse igual a todos, cómo debería ser accesible de igual manera para cualquiera y cómo debería incluir todo tipo de necesidades. Lo más más consensuado ha sido que la educación corresponde a todos.
La parte más interesante de la conversación ha derivado de la libertad de elección de los padres o tutores para el centro del estudiante. Una de las integrantes del grupo, una pedagoga, sostiene que escoger libremente el centro puede llevar a que en cada centro se formen agrupaciones sin ninguna diversidad. Yo sostengo que eso es cierto, por ese motivo los centros públicos se asignan por código postal en un principio. Por otra parte mi opinión defiende que debería estar la elección abierta, puesto que si hay capacidad en el sistema para que se pueda escoger un centro u otro.
Sobre lo que no hemos tenido debate ha sido sobre la elección entre centro público o concertado/ privado. La elección debería ser, y es libre.
Por otra parte hablamos sobre la accesibilidad de los centros. Los centros rurales, tal y como digo en la entrada previa, están desapareciendo. Mi opinión era compartida con la mía y está reflejada en la anterior entrada.
Por concluir esta breve entrada. La educación es un bien. Un bien que desarrolla la cultura, la personalidad y al alumnado en general (y no solo al alumnado). Es algo que cuidar y preservar, y por supuesto, es de todos. Todo el mundo tiene derecho a una educación sin importar la edad o contexto. Su privatización sería un error, pero eliminar el concierto es también suprimir una elección que no perjudica a nadie. Aprender es algo bonito y debe ser libre y accesible.
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